Frente a la Giralda, la catedral de Sevilla, se encuentra El Giraldillo, un restaurante de carácter andaluz y muy señorial. Con el encanto de Sevilla a unos pasos de ti y el olor a azahar latente en el ambiente, no te resistirás a probar las tapas típicas andaluzas que tienen en la carta.
Cuando llegamos, elegimos una mesa junto a la ventana, así podríamos disfrutar aún más del almuerzo. Antes de empezar, pedimos recomendación de algo diferente, y nos ofrecieron como entrante probar una tapa muy sevillana por sus ingredientes. Eran las III Jornadas Gastronómicas Naranja de Sevilla, así que el ingrediente principal era la naranja.

El suspiro del califa, tapa con la que han participado en las III Jornadas Gastronómicas de la Naranja de Sevilla.
La tapa se llama El suspiro del Califa, y nunca mejor dicho. Probar esa deliciosa combinación de múltiples sabores se convierte en un suspiro. Cuando hablamos de tapas así, llenas de historia y personalidad, nos remitimos a la gastronomía de herencia, ya que es un homenaje a la cocina andalusí: una torrija antigua sevillana con crujiente picante de pato.
La fusión sorprendente de sabores venía de la mano de la combinación de cremas, -doble crema de naranja amarga y mermelada casera de naranja amarga- hierbas aromáticas, gelatina traslúcida de naranja y una tierra de frutos secos y almendra. Era recomendación de la casa, que cada bocado de torrija, fuera una mezcla de dos o tres ingredientes, para que pudieras sentir la verdadera originalidad de la tapa.

Deleitosa combinación la de mezclar la mermelada casera de naranja amarga con la crema de naranja amarga. Cada una aportaba matices diferentes a la torrija.
Para seguir probando, pedimos media ración de Croquetitas de Cola de Toro. No son tan pequeñas como parecen, y por dentro completaban una inmensidad de sabor. El origen del exquisito guiso de Cola de Toro, se sitúa en el siglo XVI, en Córdoba y en las tascas y tabernas del Arenal sevillano, barrio torero, que nos ha dejado una deliciosa tradición culinaria. Con los años, han aparecido novedosas formas de cocinar el Rabo de Toro, y esta es una de ellas.
Crujientes por fuera y muy cremosas por dentro. El sabor era una composición deleitable de especias y el auténtico gusto al guiso de Cola de Toro. Lo siguiente que podías hacer era devorarlas.
Después de estos entrantes tan sevillanos, pedimos un plato para compartir. Elegimos Atún del sur encebollado. En su cocción, juegan un papel muy importante el oloroso y el brandy, típicos andaluces, que lo colman de cuerpo y aroma.
Este atún rojo de almadraba de Barbate está cargado de innovación en su elaboración. La cebolla, típico ingrediente de guarnición, era el protagonista encargado de amenizar el plato. Y la utilización de flores silvestres como el tomillo, característica flor de dehesa, marcaban el punto de cambio y originalidad al plato.

Atún rojo de almadraba de Barbate con condimentos tan innovadores como el tomillo, flor propia de dehesa.
Después de este satisfactorio rato de gastronomía andaluza, todos son halagos para los sabores de la cocina de Sevilla. Además, en El Giraldillo llevan a la culminación todas sus elaboraciones.
A destacar. Tal vez pensarías que no podrías comer allí por su alto precio, pero con unas vistas únicas en el mundo, tranquilamente te puedes parar a tapear y no te resultará inaccesible. Así mismo, te apetecerá permanecer allí por largo rato, la música de guitarra de fondo y la decoración te harán sentir como en casa.
¿Conocías el restaurante El Giraldillo?
Nunca nos hemos parado en El Giraldillo, y esta descripción me ha envuelto de ganas de pararnos a tapear allí. Parece un sitio fantástico!